A tres semanas del ataque que lo dejó al borde de la muerte, el senador del Centro Democrático presenta avances médicos inesperados. Su familia habla de resiliencia, fe y fuerza para vivir.

La vida de Miguel Uribe Turbay, senador del Centro Democrático, pende de un hilo desde el pasado 7 de junio, cuando fue víctima de un atentado a bala en Bogotá. Recibió dos impactos en la cabeza y uno más en la pierna mientras participaba en un evento político. Sin embargo, contra todo pronóstico, su recuperación ha tomado un rumbo que sus médicos y familiares califican de “milagroso”.

Uribe permanece hospitalizado en la Fundación Santa Fe, donde ha sido sometido a complejos procedimientos quirúrgicos que, en condiciones normales, se realizan meses después de un trauma cerebral. Pero en su caso, el cuerpo respondió con una velocidad y resistencia que sorprendió al equipo médico. La más reciente cirugía, practicada el 27 de junio, fue exitosa.

“Es absolutamente milagroso”, dijo su hermana, María Carolina Hoyos Turbay, al referirse a su evolución. Asegura que Miguel ha demostrado una capacidad de resistencia fuera de lo común. “Tiene una fuerza vital que lo mantiene aquí, luchando cada día”.

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Aunque el pronóstico neurológico sigue siendo reservado, los médicos confirmaron que Uribe ha entrado en una fase subaguda, lo que significa que ya superó el estado crítico. También ha sido sometido a una traqueostomía y una gastrostomía, procedimientos necesarios para mantener funciones vitales estables durante una recuperación prolongada.

Por ahora, los informes oficiales son manejados con cautela. La Fundación Santa Fe indicó que solo emitirá nuevos comunicados si hay cambios significativos en su estado. El resto de las actualizaciones ha sido compartido por su esposa, María Claudia Tarazona, y su hermana, quienes han agradecido el respaldo del país entero. “Miguel salió muy bien de la cirugía. Gracias a todos por sus oraciones”, escribió Tarazona en redes sociales.

Durante su testimonio, María Carolina Hoyos evocó a la madre del senador, Diana Turbay, y a su abuela, Nydia Quintero, recientemente fallecida. “Estoy convencida de que lo están cuidando desde el cielo”, dijo, en un mensaje cargado de fe y esperanza.

En medio del dolor, la incertidumbre y la tensión política que dejó el atentado, la evolución de Uribe Turbay representa una luz. Su familia insiste: “El país está viendo un milagro en tiempo real”.