Alias El Narco Influencer, señalado sicario de Los Pachenca, le fue suspendida su orden de captura pese a la alerta emitida por la Policía sobre su alta peligrosidad.

Hasta hace pocas semanas, Naín Andrés Pérez Toncel era uno de los hombres más buscados de La Guajira. Conocido como “El Narco Influencer”, su rostro aparecía en carteles de recompensa y en videos donde, armado y desafiante, mostraba su poder en la región.

Sobre su cabeza pesaba una oferta de hasta 100 millones de pesos por parte de las autoridades. Hoy, su nombre figura en una resolución firmada por el presidente Gustavo Petro como representante en los diálogos de paz con las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada.

El Gobierno suspendió la orden de captura que había contra él y otros seis presuntos integrantes de Los Pachenca, grupo criminal al que Naín pertenece según la Policía Nacional.

Con esta decisión, se les da vía libre para participar en los llamados diálogos socio jurídicos que buscan la desmovilización de estructuras armadas al margen de la ley.

La medida ha causado indignación. Naín no es un desconocido para la opinión pública. Su figura se hizo viral por grabaciones en redes sociales donde aparece intimidando con fusiles y alardeando de lujos. Las autoridades lo señalan de ser un sicario de alto rango, con amplio control en zonas clave de la Sierra Nevada.

Ahora, ese mismo hombre tiene voz en una mesa de negociación avalada por el Estado.

Aunque el Gobierno asegura que se trata de un paso necesario para alcanzar la paz total, sectores políticos y organismos de seguridad alertan sobre el mensaje que se envía al país: un hombre con antecedentes de violencia, señalado por delitos graves, pasa de fugitivo a negociador.

Antes que Naín, también se suspendieron las órdenes de captura de Orlando Pérez Ortega, José Luis Pérez Villanueva, Loryin Emilio Pertuz Ballestas, Elmer David Reyes Carrillo, Jhon Rafael Salazar Salcedo y Daniel Bravo Arias. Todos son presuntamente miembros activos de Los Pachenca.

Mientras unos hablan de oportunidad histórica, otros lo ven como una traición a las víctimas.
Por ahora, Naín ya no es un prófugo. Es un vocero.