Tiene un historial criminal activo desde los 17 años. Fue capturada en Caquetá por su presunto rol en el ataque armado al senador. Las autoridades investigan su vínculo con redes delincuenciales.

La juventud ha sido protagonista en el caso del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay. Una joven de apenas 19 años, nacida en Barranquilla y con antecedentes por lesiones personales, fue capturada en el departamento del Caquetá por su presunta participación en este hecho criminal que estremeció al país.

Se trata de Katerine Andrea Martínez Martínez, detenida en Florencia y trasladada a Bogotá, donde permanece bajo custodia de las autoridades judiciales. Su captura representa una de las piezas más relevantes en la investigación que adelanta la Fiscalía sobre el ataque perpetrado el pasado 7 de junio en el parque El Golfito, en el sur de la capital.

La edad de la joven ha causado sorpresa entre los investigadores, que no descartan que haya sido instrumentalizada por una red criminal más amplia. Las primeras indagaciones apuntan a que su rol pudo estar vinculado a la logística del atentado o a una tarea de apoyo operativo, pero no se descarta una participación directa.

Martínez no es una figura nueva para el sistema judicial. Según el Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA), acumula procesos desde 2022, lo que indica una entrada temprana al mundo delictivo. Uno de los elementos que la conecta con el ataque es su presunta relación con Carlos Eduardo Mora González, capturado días atrás y señalado de hacer labores de reconocimiento en la zona del atentado.

Las autoridades manejan tres líneas de investigación: la intervención de estructuras del crimen organizado, el uso de menores en actividades armadas, y el patrón de reincidencia delictiva en los capturados. En todos esos frentes, la figura de Katerine Martínez se perfila como un nexo clave para esclarecer el hecho y determinar si hubo autores intelectuales tras el intento de homicidio.

En las próximas horas, un juez decidirá si le dicta medida de aseguramiento en centro carcelario. Por ahora, su nombre —hasta hoy desconocido para la opinión pública— ocupa un lugar central en uno de los casos judiciales más delicados del país. Mientras tanto, el senador Miguel Uribe continúa su recuperación física, en medio del creciente clamor por justicia.