Sin recursos y con el corazón roto: familia de Jhonataly Portillo pide ayuda para repatriarla


Jhonataly Portillo fue asesinada en Santa Marta tras ser engañada por un falso cliente. Su familia, en situación de vulnerabilidad, ahora enfrenta la dura realidad de no poder repatriar sus restos a Maracaibo, donde sus tres hijas esperan despedirse.

La tragedia no terminó con la muerte de Jhonataly Portillo. Para su familia, el horror apenas empieza. A la angustia de haber perdido a una hija, una madre y una hermana de forma violenta, se suma ahora un obstáculo que los tiene desesperados: no tienen cómo llevar su cuerpo de regreso a Venezuela.

Jhonataly, una mujer venezolana de 30 años conocida como “Fresita”, fue asesinada en Santa Marta tras ser llevada bajo engaño por un hombre que se hizo pasar por cliente. Su cuerpo sin vida fue arrojado desde un vehículo en movimiento durante la madrugada. Desde entonces, su familia lucha no solo con el dolor, sino con la falta de recursos para repatriarla.

“Queremos enterrarla en su tierra, junto a su familia y que sus hijas puedan despedirse. Pero no tenemos cómo hacerlo”, dice su prima, Jankeliz Bohorquez, quien lanzó una campaña entre amigos y conocidos para intentar reunir el dinero necesario.

La familia es de escasos recursos. Viven en Maracaibo, donde la situación económica es precaria. Jhonataly era la principal fuente de apoyo para sus tres hijas pequeñas, quienes ahora no solo enfrentan la pérdida de su madre, sino que no podrán verla por última vez si no se logra reunir el dinero para la repatriación o la cremación.

El traslado de un cuerpo entre países implica trámites costosos, servicios funerarios, permisos, y en este caso, también tiempos limitados. Una cremación podría ser la alternativa más viable, pero incluso eso está fuera del alcance económico de los familiares.

“Cualquier aporte es importante. No queremos dejarla sola en un país que no era el suyo. Ella vino a trabajar por sus hijas, no a morir así”, agrega la prima, quien ha compartido mensajes en redes sociales pidiendo ayuda económica urgente.

Hasta el momento, la familia no ha recibido apoyo institucional ni consular. Todo el esfuerzo para conseguir los fondos se ha centrado en donaciones voluntarias. Cada día que pasa, aumenta la incertidumbre. No saben si podrán cumplir el deseo de traerla de vuelta, al menos para darle sepultura digna.

La muerte de “Fresita” ha dejado una marca profunda en quienes la conocieron. Pero su familia insiste en que no quieren que también la despedida quede marcada por el abandono. Ellos luchan contrarreloj para cerrar el ciclo y poder decirle adiós.


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