
Robó, lo atraparon, policía lo salvó de golpiza… y terminó comprando empanadas
Por las calles de Santa Marta es normal ver a un ladrón reincidente libre horas después de ser capturado. Esta es la historia de uno más, de los que parecen tener impunidad asegurada.
En Santa Marta ya nada sorprende. La noche del viernes, un hombre fue atrapado robando en plena avenida del Libertador, cerca de la clínica Los Nogales. Vecinos y transeúntes no dudaron en acorralarlo. Estaban dispuestos a golpearlo, a darle una lección por su cuenta. Pero la Policía llegó a tiempo y evitó que la historia terminara mal.
Lo subieron a la patrulla, lo llevaron a la estación de Bastidas, lo reseñaron… y lo soltaron. Horas después, en esa misma noche, ya estaba de nuevo en la calle. Tranquilo, como si nada. Lo vieron comprando empanadas, relajado, listo para irse a dormir para reponer energías y planear su próximo golpe.
No es culpa de la Policía. No hay dónde meter tanto ladrón. Las estaciones están llenas y los procesos no avanzan. Por eso la gente ya no aguanta más. Por eso intentan hacer justicia por mano propia, aunque saben que no está bien.
En Santa Marta, lo que sí está claro es que los ladrones ya no temen. Roban, los atrapan y luego los ven caminando libres como si aquí nunca pasara nada. Y eso, precisamente, es lo que más duele, da rabia y frustra.
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