El Gobierno Nacional anunció la construcción de seis muelles turísticos; sin embargo, no se refiere a soluciones concretas a los problemas históricos de la ciudad. 

El presidente Gustavo Petro afirmó en su cuenta de X que Santa Marta está destinada a convertirse en la «joya del turismo latinoamericano». 

Este mensaje fue publicado al compartir la noticia sobre la construcción de seis nuevos muelles turísticos en la ciudad, parte de un plan estratégico para consolidar su liderazgo en el sector turístico del Caribe.

Aunque este es el segundo elogio que el mandatario dedica a la capital del Magdalena en menos de un mes, los problemas estructurales de la ciudad, como la crisis del agua potable, el alcantarillado deficiente y la situación crítica de la empresa de servicios públicos, continúan sin recibir una atención concreta del Gobierno Nacional, lo que afecta la calidad de vida de los samarios y limita el potencial real de Santa Marta como un destino turístico de primer nivel.

Inversión en infraestructura turística

El Ministerio de Industria y Comercio anunció una inversión significativa para la construcción de seis muelles turísticos en las playas del Aeropuerto, Pozos Colorados, Taganga, Playa Blanca, Playa Grande y El Rodadero. 

Este proyecto busca impulsar el turismo sostenible y comunitario, mejorando el acceso a destinos costeros y generando oportunidades económicas para las comunidades locales.

Según el ministro Reyes, el Gobierno Nacional ha destinado más de 31.126 millones de pesos para proyectos turísticos en el departamento, consolidando al Magdalena como un referente del turismo cultural y natural en el país. “Estamos comprometidos con fortalecer la infraestructura turística y apoyar iniciativas que promuevan el desarrollo sostenible de Santa Marta”, afirmó el funcionario.

Los muelles se localizarán en la playa del aeropuerto, Pozos Colorados, Taganga, Playa Blanca, Playa Grande y El Rodadero.

Una ciudad con crisis estructurales

Sin embargo, mientras el turismo se proyecta como el motor económico de la ciudad, Santa Marta enfrenta problemas que el Gobierno Nacional no ha mostrado intención de ayudar a atender a la alcaldía distrital y que requieren una unión de esfuerzos y recursos. 

La empresa de servicios públicos ESSMAR, actualmente intervenida por el gobierno, atraviesa una profunda crisis que la tiene al borde de la liquidación. 

A pesar de la intervención, la entidad no ha conseguido estabilizarse, y los ciudadanos temen que esto agrave aún más las dificultades en la prestación de servicios esenciales.

El agua potable, una de las principales preocupaciones de los samarios, sigue siendo un problema sin resolver. Aunque el presidente Petro prometió durante su campaña electoral solucionar esta crisis histórica, a más de la mitad de su mandato no hay un proyecto concreto que dé respuesta a la necesidad de garantizar un suministro constante de agua. 

Esta situación afecta tanto a los habitantes como a la proyección de la ciudad como destino turístico sostenible.

El sistema de alcantarillado es otro desafío que limita el desarrollo urbano y la calidad de vida. A pesar del crecimiento económico impulsado por el turismo, no se ha visto un compromiso claro del Gobierno para apoyar soluciones que permitan a Santa Marta superar estos problemas estructurales.

¿Logrará Santa Marta ser una joya turística? 

El anuncio de la construcción de seis muelles turísticos representa un avance importante para la proyección internacional de Santa Marta. Sin embargo, los samarios siguen esperando que el Gobierno Nacional priorice las soluciones a los problemas que afectan directamente sus vidas.

Con la conmemoración de los 500 años de Santa Marta en el horizonte, la ciudad tiene la oportunidad de convertirse en un referente del turismo en Latinoamérica. Pero para que esa visión sea sostenible, es necesario que el desarrollo turístico vaya de la mano con inversiones que garanticen servicios básicos, como agua potable y un sistema de alcantarillado eficiente.

La transformación de Santa Marta en la «joya del turismo latinoamericano» no será completa hasta que sus habitantes puedan disfrutar de una calidad de vida acorde con el progreso prometido.