Lo que inició como un enfrentamiento en un casa terminó involucrando a decenas de personas y requirió la intervención de fuerzas especiales de la Policía para recuperar el orden público.

Tasajera, el corregimiento de Puebloviejo se convirtió en un campo de batalla. Todo comenzó con un chisme, un rumor de pasillo, de esos que van de boca en boca y terminan encendiendo fuegos difíciles de apagar.

Según testigos, la pelea estalló poco después de las 11:00 a. m., cuando una mujer, furiosa por ser vinculada sentimentalmente con el esposo de otra, decidió tomar cartas en el asunto.

No esperó a aclaraciones ni se dejó llevar por la prudencia; marchó hasta la casa de la otra mujer y, con la voz encendida de rabia, la retó a resolver el problema “como es debido”.

Los insultos se transformaron en empujones y, en cuestión de segundos, la calle fue el ring de un enfrentamiento feroz.

Pero el espectáculo apenas comenzaba. Primero fueron familiares cercanos quienes intervinieron para apoyar a cada una, luego se sumaron primos, vecinos, conocidos y hasta algunos curiosos que, sin entender bien el motivo de la pelea, tomaron partido y entraron en la refriega.

Los gritos se mezclaban con golpes y jalones de cabello, mientras la gente en los alrededores reaccionaba con asombro, risas y celulares en mano para grabar el insólito espectáculo.

Algunos intentaban separar a los contrincantes, pero otros, enardecidos por viejas rencillas, aprovecharon para saldar cuentas pendientes.

Cuando la trifulca alcanzó proporciones incontrolables, la Policía llegó al lugar con la intención de calmar la situación. Pero no fue suficiente. Los agentes fueron recibidos con resistencia y tuvieron que pedir refuerzos. Fue entonces cuando la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO), conocida por su actuación en disturbios, se desplazó desde Riofrío para controlar lo que ya se había convertido en un verdadero motín de pueblo.

Tras varios minutos de tensión, golpes y correteos, la calma finalmente volvió a las calles de Tasajera. Hubo detenidos, algunos heridos y, por supuesto, más de un chisme nuevo para alimentar las conversaciones de los próximos días.

En Tasajera, las peleas son cosa de todos los días, dicen algunos habitantes. Pero pocas veces un chisme ha provocado tal revuelo, movilizando incluso a las fuerzas antidisturbios. Ahora, el tema del día en el pueblo no es solo quién peleó con quién, sino también qué tan lejos pueden llegar las consecuencias de una simple habladuría.