Murió joven deportista que se chocó en su moto hace un mes cuando viajaba a reencontrarse con su madre


El hombre de 20 años sufrió un accidente cuando iba rumbo a Bosconia. Sobrevivió al impacto, pero tras un mes en estado crítico, falleció. Su historia ha conmovido a toda una región.

El 10 de mayo, Johan Camilo Campbell Olivo salió de Santa Marta con un solo objetivo: llegar a Bosconia para sorprender a su madre en el Día de las Madres. No le avisó a nadie. Quería que fuera una visita inesperada, de esas que quedan para siempre en la memoria. Pero la vida tenía otros planes.

Mientras conducía su moto por la vía Ciénaga–Fundación, en el sector del puente del río Aguja, la ilusión de ese reencuentro se desmoronó. Una colisión violenta contra una buseta de servicio intermunicipal le provocó un trauma craneoencefálico severo. Johan, de apenas 20 años, fue llevado de urgencia a la Policlínica de Ciénaga. Su estado era crítico.

Un mes de lucha contra la muerte

Desde entonces, cada día fue una batalla. Pese a la gravedad del impacto, Johan resistía. Su juventud, fuerza y espíritu luchador daban esperanza.

A los pocos días, fue trasladado a la Clínica Santa Ana de Dios, en Barranquilla, donde su madre y familiares se aferraron a cada parte médico con la esperanza de escuchar una mejoría.

Las redes sociales se inundaron de mensajes. Amigos, conocidos y hasta desconocidos pedían oraciones. Lo describían como un joven alegre, noble, trabajador, entregado al deporte y a su familia. “No puede irse alguien con tanto por vivir”, escribía una amiga.

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Por momentos, parecía que su cuerpo respondía. Pero la mejoría no fue suficiente. En las últimas horas un paro cardiorrespiratorio acabó con la resistencia del joven atleta. Johan murió sin poder cumplir su propósito más simple y amoroso: abrazar a su mamá.

Una promesa deportiva que se apagó

Johan era mucho más que una víctima de accidente vial. Era una promesa del deporte en el Magdalena. Estudiante del programa de Deporte de la Universidad del Magdalena, practicaba atletismo y voleibol con pasión. Combinaba sus estudios y entrenamientos con un trabajo en un hotel en Pozos Colorados, para no ser carga para nadie.

Desde la universidad, compañeros y profesores lo recuerdan como un joven ejemplar. También lo hacen en Bosconia, su municipio natal, donde desde pequeño se destacaba por su disciplina y talento.

La mamá de Johan nunca recibió el abrazo que él llevaba guardado para ella. En su lugar, le tocó recibir la llamada más temida: la que le anunciaba el accidente. Desde entonces, no se despegó ni un segundo de su hijo. Ahora, completamente devastada, enfrenta la ausencia del joven que quiso sorprenderla con amor y terminó convirtiéndose en una historia de dolor.

La Universidad del Magdalena y la Alcaldía de Bosconia lamentaron la pérdida.


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