El joven Mompox, asegura ser víctima de suplantación y una campaña de difamación que lo ha puesto en riesgo. La Fiscalía investiga los hechos.

En la región Caribe el nombre de Sebastián David Aguilar se ha convertido en el centro de una controversia que él caA región Caribe el nombre de Sebastián David Aguilar se ha convertido en el centro de una controversia que él califica como injusta, peligrosa y dolorosa. Dice que su vida cambió radicalmente desde que fue señalado públicamente por una mujer trans que lo acusa de haberla engañado sentimentalmente, de compartir fotos íntimas suyas sin consentimiento y de sostener conversaciones comprometedoras. Él lo niega todo.

“Yo no tengo nada que ver con esa persona. No la conozco, ni sé de dónde es. Están usando mis fotos sin mi permiso. Me quieren dañar la vida y yo solo me rebusco en la moto”, aseguró Aguilar en declaraciones a medios locales. Su tono era de desesperación, mientras trataba de explicar que la cuenta de Facebook desde donde supuestamente se estableció el contacto no le pertenece.

Viejos fantasmas y nuevos ataques

No es la primera vez que Sebastián se ve envuelto en un escándalo digital. En el pasado, según su testimonio, fue falsamente acusado de ser violador, lo que lo llevó a cerrar sus redes sociales para protegerse.

“Desde ese primer caso, eliminé todo. No tengo redes, ni Nequi siquiera”, afirmó. A pesar de sus intentos por mantenerse al margen, dice que ahora otra acusación lo persigue, lo señala y lo expone.

Los efectos no se han limitado a lo virtual. Hace unos días, fue atacado físicamente por un desconocido en el barrio La Victoria. Aunque no tiene pruebas de quién fue, está convencido de que se trata de una consecuencia directa de los señalamientos. “Me pegaron por la cara. Yo ni sabía quién era. Solo dijeron: ‘Este es el que anda dañando mujeres’”.

La denuncia y el pedido de protección

Sebastián Aguilar acudió a la Fiscalía para presentar una denuncia formal por suplantación y calumnia. Insiste en que está siendo difamado, y que las acusaciones no tienen ningún respaldo. Según él, la mujer que hizo las publicaciones —identificada como Andrea Martínez— borró la página después de que él alertó a las autoridades. “Eso demuestra que no tenía pruebas. Si todo era verdad, ¿por qué borró la cuenta?”, se pregunta.

También ha pedido medidas de protección. Teme por su integridad física, por su trabajo como mototaxista, y por el bienestar de su familia. “No tengo abogado, no tengo plata. Solo quiero que me dejen vivir tranquilo. Que no me hagan más daño”, dijo.

Sebastián Aguilar se mantiene firme en su defensa: “Estoy cansado de que me difamen. Yo trabajo, no me meto con nadie”.

La Fiscalía ya abrió una investigación para determinar qué ocurrió realmente.
En Mompox, mientras tanto, la polémica sigue encendida. Y un mototaxista solo pide que le devuelvan su derecho a vivir sin miedo.