El motociclista aunque alcanzó a llegar con vida a un centro asistencial, murió minutos después. Testigos aseguran que los sicarios se le acercaron lo suficiente para confirmar su identidad antes de disparar.

Trabajaba como mototaxista. Era joven y estaba en plena jornada cuando lo atacaron. Dos hombres en moto lo interceptaron en el sector de La Paz, en Santa Marta. Se le acercaron sin prisa, lo miraron de frente, y sin decir palabra le dispararon.

Fueron al menos tres tiros. Uno de ellos en el pecho. El joven identificado como Vidal Emilio Rodríguez cayó al suelo, aún con vida. La gente se acercó sin saber qué hacer. Algunos gritaban, otros llamaban a emergencias. La moto quedó tirada a un lado. Él, en el pavimento, con los ojos abiertos y el cuerpo inmóvil.

A Vidal Rodríguez trasladaron a un centro asistencial porque aún respiraba. Los médicos intentaron estabilizarlo, pero no lo lograron. Murió minutos después de ingresar.

La noticia llegó rápido a su familia. Algunos llegaron corriendo al centro médico. La escena fue dura: gritos, llanto, desesperación. Una mujer que no podía mantenerse en pie. Allegados que no entendían lo que había pasado.

Los testigos dicen que los sicarios no iban a equivocarse. Se acercaron con calma, miraron bien al mototaxista y solo cuando estuvieron seguros de quién era, abrieron fuego. Luego huyeron sin dejar rastro.

La Policía inició la investigación. No se descarta ninguna hipótesis. Pero la familia solo tiene una pregunta: ¿por qué? Nadie les da respuesta. Nadie les explica por qué lo mataron mientras trabajaba.