Ladrones se hacen pasar por recicladores y se llevan una moto en segundos


Por un momento parecía una escena cotidiana: dos recicladores moviéndose entre cajas, cartones y restos de basura. Pero lo que realmente sucedía era una jugada perfectamente calculada, un robo descarado en pleno centro histórico de Santa Marta.

No eran ni las nueve de la noche cuando dos supuestos recicladores, con carretilla en mano y actitud despreocupada, se detuvieron frente a una motocicleta estacionada en una calle del centro histórico de Santa Marta. No estaban ahí por cartón ni por basura. Venían por la moto.

Las cámaras de seguridad no dejan lugar a dudas. En cuestión de segundos, lo que parecía una rutina de reciclaje se convirtió en un robo descarado. Uno de ellos simulaba recoger desperdicios mientras el otro se acercaba a la motocicleta negra, una Auteco Bajaj línea Bóxer, que reposaba frente a otra mujer cómplice.

Con movimientos rápidos y seguros, sacó una llave maestra, desactivó el seguro del vehículo y, como si nada, la encendió y se marchó manejando por la calle.

Su cómplice se quedó unos minutos más, fingiendo seguir con la tarea de reciclar, como si fuera una noche cualquiera. El plan estaba tan bien ensayado que nadie en la zona notó lo que realmente había pasado.

El hecho ocurrió entre la carrera 15 y la 16, entre calles quinta y sexta, un corredor céntrico y transitado donde, según denuncias, el hurto de motocicletas está disparado en la ciudad.

La Policía confirmó que estos sujetos actúan bajo engaño, disfrazándose para no despertar sospechas, y ya investigan a la banda responsable, con el video como prueba clave.

El robo ha generado indignación entre los comerciantes y habitantes del centro. “Uno ya no sabe quién es quién. Se disfrazan de recicladores y se llevan lo que quieren”, comentó un vendedor ambulante que asegura haber visto a los sujetos en otras ocasiones por el sector.

El video del hurto se ha viralizado en redes sociales, mientras las autoridades piden a la ciudadanía estar alerta y reportar cualquier comportamiento sospechoso. Porque en Santa Marta, al parecer, el crimen ya no se esconde en la oscuridad: se disfraza de reciclador y actúa con total naturalidad.


¿Quieres pautar

con nosotros?