La posible relación que analizan autoridades de masacre de Aguachica con asesinato en Magdalena 


Las autoridades investigan si un crimen ocurrido en El Banco, Magdalena es clave para entender la masacre de la familia Lora en Aguachica. ¿Una confusión fatal? Hay varios detalles que podrían conectar la muerte de los cuatro familiares con el asesinato de Alexander González en este departamento. 

El restaurante ‘Sorbetes y Jugos’, un lugar habitualmente animado por las conversaciones y los aromas de la comida tradicional, se convirtió en escenario de horror el pasado 29 de diciembre. En menos de 20 segundos, un sicario irrumpió y, con precisión letal, apagó las vidas de los cuatro integrantes de la familia Lora Rincón. Ocho disparos, dirigidos a cabezas y tórax, dejaron un silencio ensordecedor y una pregunta aún sin respuesta: ¿por qué?

Una confusión mortal

Entre las teorías que manejan las autoridades, surge una inquietante posibilidad: la verdadera víctima no era la familia Lora, sino una mujer que almorzaba en una mesa cercana. Vestida con un pantalón negro y una camisa blanca, igual que Ángela Natalia Lora, la joven hija del pastor, se especula que esta coincidencia podría haber desencadenado la tragedia.

Esa mujer es Zaida Andrea Sánchez Polanco, conocida en Aguachica como prestamista y estudiante de derecho. Su vida, desde entonces, ha sido un torbellino de acusaciones y amenazas. “Estoy atravesando un momento muy difícil. Me están tratando de involucrar en algo en lo que no tengo nada que ver. Soy una cortina de humo para tapar la verdad”, declaró Sánchez, visiblemente afectada.

El vínculo con El Banco, Magdalena

Dos días antes de la masacre, Alexander González Pérez, pareja de Sánchez y conocido por sus antecedentes judiciales, fue encontrado sin vida cerca del río Magdalena, en el municipio de El Banco. Según versiones de investigadores, González fue visto por última vez en un hotel acompañado de una mujer de cabello rubio, una descripción que conecta nuevamente a Sánchez con el caso. Sin embargo, ella niega rotundamente las acusaciones: “Todo eso es falso. Me quieren señalar como ‘La Diabla’ y no sé de dónde sacan tantas barbaridades”.

La versión de Sánchez contrasta con las líneas de investigación policial, que apuntan a posibles nexos de González con el narcotráfico en la región del Catatumbo. En su defensa, Sánchez asegura que su pareja se dedicaba a la compra y venta de vehículos de alta gama y que, días antes de su muerte, era extorsionado por funcionarios de la Sijín en Aguachica.

Hipótesis enredadas

Mientras la abogada de Sánchez exige transparencia en el proceso, la Policía no descarta ninguna posibilidad. ¿Fue la masacre de los Lora una confusión mortal? ¿O existía una conexión entre la familia y los negocios de Sánchez y González? Los investigadores también evalúan si el pastor, líder espiritual de la comunidad, o algún miembro de su iglesia tuvo relación con el mundo financiero oscuro que rodeaba a la prestamista.

Por su parte, fuentes judiciales indican que Sánchez tiene antecedentes por hurto agravado y que enfrenta un juicio por su presunta participación en una red de fleteros. Sin embargo, ella insiste en su inocencia y en ser víctima de desinformación: “Quien me involucró está preso y no accedió a extorsiones de la Sijín”.

Entre el silencio y la verdad

En medio de este panorama, Aguachica y El Banco permanecen bajo el eco de la violencia. Las muertes de la familia Lora y de González han tejido una red de dudas que trasciende fronteras municipales.

La comunidad exige respuestas claras, pero las autoridades parecen atrapadas en un laberinto de hipótesis. ¿Quién ordenó la masacre? ¿Qué hacía González en Magdalena? Y, sobre todo, ¿qué papel juega Sánchez Polanco en esta intrincada trama?


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