El joven empleado de una tienda de motos en Barranquilla murió tras perseguir a dos delincuentes. Alcanzó a frustrar el robo y permitió la captura de uno de los agresores.

Romario Heredia Jiménez no dudó. Cuando dos hombres armados entraron a robar la tienda de motos Suzuki donde trabajaba, en la calle 47 con carrera 10, en cercanías del almacén Sao Macarena, su instinto fue actuar. No pensó en esconderse ni en huir. Salió tras ellos cuando intentaron huir, gritando “¡cójanlo, cójanlo!” para alertar a los transeúntes. La persecución, sin embargo, terminó en tragedia: uno de los delincuentes le disparó y lo mató.

El hecho ocurrió en la tarde de este jueves a eso de las 2:30 p.m., y ha generado consternación en Barranquilla. Romario con la ayuda de otros compañeros, según testigos, logró evitar que los sujetos se llevaran dinero del local. Su intervención desató una cadena de reacción que culminó con la detención de uno de los criminales, gracias al apoyo de la comunidad y la rápida acción de la Policía.

El disparo que recibió Heredia fue fulminante. Aunque fue trasladado con urgencia a un centro asistencial, los médicos confirmaron su muerte pocos minutos después de su ingreso.

El capturado fue conducido por las autoridades hasta la URI de la Fiscalía, mientras se adelantan las investigaciones para dar con el paradero del segundo implicado, quien escapó en una motocicleta.

Romario Heredia tenía un empleo como muchos otros jóvenes, pero su decisión de intervenir lo convirtió en una víctima de la violencia que sigue cobrando vidas en Colombia.