
Extorsión sin fin: alias “Hugo” fue sorprendiendo exigiéndole millonaria ‘vacuna’ a español
La extorsión no da tregua en Santa Marta, y aunque las capturas continúan, los delincuentes parecen tener reemplazos listos para seguir sembrando miedo.
En Santa Marta, la extorsión no descansa. Cambian los rostros, los apodos y las estrategias, pero el delito sigue, como una sombra que persiste detrás de las calles calurosas y los negocios asfixiados por el miedo.
Esta semana, otro de esos rostros cayó: Carlos Javier Rojano Fontanilla, conocido como alias “Hugo”, fue capturado mientras exigía una millonaria suma de dinero a un ciudadano español en el barrio La Lucha. Veinte millones de pesos pedía. Y no era la primera vez.
La historia se repite, pero cada vez con nuevos matices que sorprenden. En esta ocasión, la víctima era extranjera, alguien que quizá creyó encontrar en Santa Marta un sitio para invertir, descansar o simplemente vivir en paz. No imaginó que una llamada, una amenaza o una cifra exorbitante pudiera arrebatarle la tranquilidad. Primero fueron tres millones. Luego, sin piedad, “Hugo” subió la tarifa: veinte millones o las consecuencias.
La operación fue ejecutada con precisión por el GAULA de la Policía, en coordinación con la SIPOL MESAN, el GAULA Militar y la Fiscalía. Tras semanas de seguimiento, lograron capturar al presunto cabecilla del cobro de extorsiones en ese sector de la ciudad.
Rojano Fontanilla fue sorprendido en flagrancia, con la exigencia aún en curso. La noticia fue celebrada por las autoridades, que no dudaron en calificarla como un golpe contundente contra la criminalidad organizada.
“Esta captura es un claro mensaje de que no toleraremos la extorsión en nuestra ciudad”, dijo el Teniente Coronel David Fernando Vargas Castro. Pero aunque el mensaje es firme, la realidad es compleja. La extorsión no solo se combate con capturas. También se necesita confianza ciudadana, justicia eficaz y, sobre todo, protección para quienes se atreven a hablar.
Pero más allá del parte oficial y de la imagen del capturado escoltado por agentes, queda una inquietud que cada vez es más difícil de callar: ¿cuántos “Hugos” más hay por ahí? Porque mientras los recaudadores son detenidos y puestos tras las rejas, los cerebros detrás de estas redes criminales continúan operando desde las sombras, moviendo hilos, reclutando a otros. A veces, solo basta un celular y un número desconocido para reactivar el ciclo.
La extorsión está desbordada en Santa Marta. Lo dicen los comerciantes que no denuncian por miedo.
Alias “Hugo” ahora duerme tras las rejas. Su captura fue celebrada. Pero en Santa Marta, el ciclo aún no se rompe. Porque mientras se descabezan células, los tentáculos siguen creciendo. Y en cualquier esquina, en cualquier barrio, puede estar gestándose la próxima exigencia, la próxima llamada, el próximo “Hugo”.
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