Un video de seguridad reveló el momento exacto en que el concejal de San Andrés de Cuerquia, fue ejecutado en pleno parque central por un sicario de 16 años. El crimen, atribuido a disidencias de las FARC, estremeció al país.

La escena es breve, pero brutal. En apenas unos segundos, la tranquilidad del parque principal de San Andrés de Cuerquia se convirtió en el escenario de un crimen que ha estremecido a Antioquia y al país entero.

El concejal Camilo Espinosa Vanegas, un hombre con discapacidad que se desplazaba en su silla de ruedas, fue asesinado a sangre fría mientras conversaba desprevenido con varios acompañantes.

Todo quedó grabado. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que el autor material del homicidio, vestido con un buzo rosado o fucsia, lo siguió entre la gente. El video muestra a Espinosa sonriendo, ajeno al destino que lo esperaba. De un momento a otro, el joven sicario se le acercó por detrás y sin mediar palabra, le disparó varias veces en la cabeza a corta distancia.

Camilo quedó inmediatamente postrado en su silla. El atacante huyó corriendo mientras su cómplice lo esperaba en una motocicleta.

Minutos después, las autoridades lograron la aprehensión de uno de los presuntos responsables: un menor de 16 años que habría sido el encargado de disparar el arma.

Según los primeros reportes, el adolescente estaría vinculado al grupo de sicarios de las disidencias del frente 36 de las FARC. El otro implicado, que manejaba la motocicleta y facilitó la huida, logró escapar.

Las autoridades ofrecen hasta 50 millones de pesos de recompensa por información que permita dar con su paradero y con el autor intelectual del crimen.

La indignación no se hizo esperar. Espinosa, reconocido por su trabajo comunitario y por alzar la voz en defensa de los más vulnerables, fue asesinado a plena luz del día y en el centro de su municipio. Su condición de discapacidad no fue impedimento para que se convirtiera en líder político. Sí, en cambio, lo fue para poder escapar.

“La violencia no respeta ni la diferencia, ni la humanidad”, dijo un habitante del pueblo, todavía conmovido.

El crimen tiene todos los indicios de ser un mensaje: certero, despiadado y ejecutado con el lenguaje del terror. Un mensaje que ahora las autoridades tratan de descifrar, en medio del dolor que dejó la partida de un hombre que hacía política desde la resistencia.