El trágico final de sargento que viajaba a reencontrarse con su familia: hombres armados lo quemaron dentro de bus


El militar fue asesinado de manera atroz por un grupo armado ilegal que lo retuvo dentro de un bus de servicio público y luego lo incendió. El militar viajaba de permiso para reencontrarse con su familia tras meses sin verlos. Su historia ha conmovido al país entero.

Carlos Andrés Cisneros Maigual soñaba con abrazar a sus hijos y besar a su esposa en medio de una celebración familiar que llevaban meses posponiendo por culpa del conflicto, el mismo que, irónicamente, él combatía con disciplina y lealtad. Había logrado conseguir unos días de permiso para volver a casa. Pero por la violencia nunca llegó.

Ese viaje, que debía culminar con un reencuentro familiar, se convirtió en una tragedia que ha sacudido al país.

En plena carretera, el bus de servicio público en el que se desplazaba fue interceptado por hombres armados. Según versiones preliminares, se trataría de disidencias de las FARC. El grupo obligó a todos los pasajeros a bajarse del vehículo. A todos, menos a él. Sabían quién era. Sabían lo que vestía debajo de su ropa de civil. Y no le dieron opción.

El sargento quedó atrapado dentro del bus, rodeado por el fuego que los atacantes encendieron sin piedad. No hubo oportunidad de rescate. No hubo súplica que lo salvara. Murió incinerado, solo, lejos de su hogar, convertido en una víctima más de una guerra que no da tregua.

“Íbamos a estar juntos de nuevo con nuestros hijos, luego de meses sin vernos, pero nunca llegó. Él no merecía esto”, dijo entre lágrimas su esposa, quien lo esperaba con la mesa servida, las risas de sus niños y una sorpresa por el mes de las madres.

Carlos Andrés era más que un sargento. Era un padre, un esposo, un hijo. Entre sus compañeros era conocido por su entrega, su lealtad y ese carácter firme que nunca perdió. Su muerte ha encendido una nueva alarma en el país, una más entre muchas, que exige respuestas y medidas frente a un conflicto que sigue cobrando vidas inocentes, incluso en escenarios que deberían ser seguros como una carretera nacional.

Las autoridades condenaron el asesinato y anunciaron una investigación para dar con los responsables. Pero el dolor de su familia no se apaga con comunicados.


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