Cansados de esperar el pago de sus salarios y prestaciones sociales, los trabajadores de la finca decidieron paralizar labores y colocar una valla a las afueras del predio, exigiendo respuestas y el cumplimiento de sus derechos.

La imagen del exrepresentante a la Cámara Eduardo Díazgranados, miembro de una de las familias más influyentes del Magdalena, ha quedado en entredicho luego de que empleados de su finca Doña Flor decidieran hacer pública una grave denuncia: aseguran que llevan meses sin recibir sus salarios ni prestaciones sociales.

Cansados de promesas incumplidas y sin respuestas por parte de su empleador, los trabajadores tomaron la medida drástica de colocar una valla de protesta a las afueras del predio para exigir el pago de sueldos atrasados, primas, seguridad social, pensiones, vacaciones y cesantías.

Un poderoso que ignora a sus trabajadores

Díazgranados, quien ha ocupado cargos de poder en el departamento, es señalado por sus propios empleados de evadir sus responsabilidades laborales. 

Según los afectados, ni él ni el administrador de la finca han respondido a sus reclamos, lo que los llevó a paralizar actividades hasta obtener una solución.

«Nos cansamos de esperar. Nadie nos da la cara y tenemos familias que alimentar. No vamos a volver a trabajar hasta que nos paguen lo que nos deben», expresó uno de los trabajadores afectados.

Silencio que indigna

A pesar del impacto de la protesta y la creciente indignación entre los empleados, hasta el momento Eduardo Díazgranados no se ha pronunciado sobre el asunto. Su silencio contrasta con la imagen de poder e influencia que su familia ha construido en el Magdalena a lo largo de los años.

La denuncia no solo lo expone ante la opinión pública, sino que podría traerle consecuencias legales si las autoridades laborales deciden intervenir.