
Trump solo reconocerá dos sexos en Estados Unidos: hombre y mujer
El presidente electo dijo que firmará una orden ejecutiva que restringirá el reconocimiento federal del género a solo dos categorías: masculino y femenino. La medida ha desatado un intenso debate sobre derechos civiles y la protección de las personas transgénero.
En una de sus primeras decisiones como presidente, Donald Trump está a punto de firmar una orden ejecutiva que cambiará radicalmente las políticas sobre identidad de género en Estados Unidos.
La nueva medida, anunciada por futuros funcionarios de la Casa Blanca antes de la ceremonia de investidura, limitará el reconocimiento federal de género a dos categorías: masculino y femenino.
Según los detalles revelados, la orden busca revertir las políticas inclusivas implementadas durante el gobierno de Barack Obama, que reconocían un espectro más amplio de identidades de género. «Lo que estamos estableciendo es que la política oficial de Estados Unidos reconocerá únicamente dos sexos: masculino y femenino», declaró un alto funcionario de la Casa Blanca bajo anonimato en una reunión con periodistas.
El enfoque de esta nueva política se presenta como una respuesta al «extremismo ideológico de género» y a la necesidad de «restablecer la verdad biológica» en el ámbito federal, según las autoridades cercanas a Trump. La medida ha sido recibida con reacciones encontradas: mientras algunos la apoyan como una protección para las mujeres y un retorno a lo que consideran una visión científica del género, muchos defensores de los derechos LGTBQ+ y activistas por la igualdad de género han expresado su preocupación por la marginación y criminalización de las personas transgénero.
Esta decisión se enmarca dentro de una serie de cambios que Trump ha prometido implementar en su mandato, especialmente en cuestiones sociales y de derechos civiles. La medida se anticipa como uno de los puntos más polémicos de su presidencia, con amplias implicaciones para los derechos de las personas trans, quienes podrían enfrentar mayores dificultades para acceder a servicios médicos, educativos y laborales que reconozcan sus identidades de género.
El debate sobre la identidad de género en Estados Unidos no es nuevo, pero con esta orden ejecutiva, la administración de Trump promete abrir un capítulo aún más divisivo. Mientras algunos aplauden la restauración de lo que consideran normas tradicionales, otros alertan sobre el riesgo de retroceder décadas en los avances logrados por las comunidades transgénero y no binarias.
Con este cambio, la cuestión del género podría convertirse en un nuevo frente de lucha política, con la Casa Blanca enfrentándose a una creciente oposición tanto a nivel nacional como internacional. Las próximas semanas prometen ser clave para comprender el impacto de esta medida en la sociedad estadounidense y en las políticas públicas relacionadas con los derechos civiles.
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