El mototaxista al que iban a matar logró correr, pero fue alcanzado por una de las balas. El sicario descargó su arma en medio de la multitud y escapó.

La mañana apenas comenzaba en el barrio Los Fundadores cuando una balacera desató el caos. Un sicario, a plena luz del día, bajó de una motocicleta, desenfundó su arma y persiguió a su víctima por la calle principal, sin importarle la cantidad de personas presentes.

La cámara de seguridad de una tienda captó cada segundo del horror. El objetivo, un joven —presuntamente mototaxista—, estaba parado en la esquina de un negocio de nombre Monte Verde cuando notó la intención de su verdugo. En un acto de supervivencia pura, echó a correr. Reaccionó más rápido que su atacante y logró evadir los primeros disparos, generando momentos de tensión entre los transeúntes que, aterrados, no sabían hacia dónde correr.

El sicario no se detuvo. Lo persiguió sin medir consecuencias, disparando una y otra vez, hasta descargar el arma. La escena parecía sacada de una película violenta, pero era real y ocurría en una zona residencial de Santa Marta.

Gritos y vecinos escondiéndose: el barrio entero quedó aterrorizado por la violencia.

Aunque el joven logró evitar que lo mataran, no salió ileso. Fue alcanzado por al menos un disparo y aún así siguió corriendo hasta ponerse a salvo. De inmediato, personas del sector corrieron a auxiliarlo y lo trasladaron a un centro asistencial, donde permanece bajo atención médica.

Las autoridades llegaron minutos después para acordonar la escena del crimen, tomar registros de los videos y abrir una investigación. De momento, no hay capturas. Lo único claro es que la violencia armada no da tregua en Santa Marta.