Joven de 14 años mató a sus padres y a su hermanito de 3 años; dijo que lo volvería a hacer


Con apenas 14 años, el adolescente confesó haber asesinado a su familia entera. Ocultó los cuerpos en una cisterna, mintió con frialdad a la policía y no mostró arrepentimiento. Las autoridades investigan si actuó por venganza o motivado por dinero.

El país entero aún no logra digerir la brutalidad del crimen. Un adolescente de 14 años, sin antecedentes de violencia ni señales previas de conducta extrema, confesó haber matado a sus padres y a su hermanito de apenas tres años en la ciudad de Itaperuna, al noroeste del estado de Río de Janeiro.

Su relato, tan frío como directo, dejó perplejos a los investigadores: esperó que todos durmieran, tomó el arma de su padre y disparó en la cabeza de ambos. Después, mató al niño con un tiro en el cuello. Luego, arrastró los cuerpos hasta una cisterna del patio trasero y los escondió.

El caso salió a la luz el martes 25 de junio, cuando la abuela paterna del menor se presentó en la comisaría con él para reportar la desaparición de la familia. El joven dijo que su hermano pequeño se había atragantado con un vidrio y que sus padres lo habían llevado de urgencia al hospital. Pero ninguna clínica tenía registros de ingreso. Algo no cuadraba.

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El espeluznante hallazgo

La policía acudió a la vivienda familiar. Allí encontraron rastros de sangre, ropa manchada y un olor penetrante que los guió hasta la cisterna. Al descubrir los tres cuerpos, el adolescente confesó todo sin mostrar emoción. Explicó que incluso había tomado una pastilla de preentrenamiento para mantenerse despierto, limpió la escena con productos químicos y ocultó los celulares de las víctimas. Su relato fue tan detallado como perturbador.

“Dijo que mató a su hermano para que no sufriera al quedarse sin padres”, reveló el jefe de la comisaría, Carlos Augusto Guimarães. Y agregó una frase que dejó helados a todos: “No se arrepiente de nada y aseguró que lo volvería a hacer si fuera necesario”.

La policía ahora intenta entender qué motivó un acto tan extremo. Una de las hipótesis apunta a una relación virtual que el menor mantenía con una adolescente de 15 años en el estado de Mato Grosso. Los padres se habrían opuesto a que viajara para conocerla. En la casa encontraron una maleta lista para el viaje y los teléfonos de las víctimas escondidos.

La otra línea de investigación es aún más inquietante: una motivación económica. En el celular del joven, los agentes encontraron búsquedas relacionadas con cómo retirar el Fondo de Garantía por Tiempo de Servicio (FGTS) de una persona fallecida. Su padre tenía derecho a unos 33.000 reales, equivalentes a cerca de 24 millones de pesos colombianos.

El adolescente fue detenido y será procesado por triple homicidio y ocultamiento de cadáver. Mientras tanto, Brasil intenta entender cómo un joven de solo 14 años pudo planear, ejecutar y narrar con tal sangre fría una masacre familiar. Una historia que remueve los cimientos de cualquier lógica.


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