El hombre fue atacado a tiros dentro de un restaurante en la Avenida del Libertador cuando compartía con su pareja. Las autoridades investigan si se trató de un atentado sicarial o un intento de atraco. La ciudad vive un nuevo episodio de violencia en pleno día.

En la esquina de la carrera 21 con calle 14, justo en la antigua casa de Ubida Pitre, un restaurante servía almuerzos a sus clientes habituales. Entre ellos se encontraba César Augusto Bernier Olmos, conductor de la Contraloría Departamental del Magdalena, acompañado de su pareja sentimental.

Ambos esperaban el almuerzo. Pero antes de que llegara la comida, llegó la muerte.

Eran alrededor de la 1:00 de la tarde cuando dos hombres armados irrumpieron en el local. No hubo palabras, solo detonaciones. Los disparos causaron caos, gritos, y confusión. Algunos clientes corrieron. Otros, paralizados, se quedaron bajo las mesas. Varios proyectiles impactaron en Bernier, quien cayó desplomado contra una reja metálica dentro del establecimiento.

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Su compañera quedó en estado de shock. No pudo hablar. Solo lloraba, mientras observaba el cuerpo inmóvil de César.

Un crimen a plena luz del día

El asesinato fue perpetrado en cuestión de segundos. Los pistoleros huyeron sin dejar rastro aparente. La rapidez con la que se ejecutó el ataque y el hecho de que no mediara palabra alguna hacen que las autoridades se inclinen hacia la hipótesis de un atentado sicarial. Sin embargo, no se descarta que pudiera tratarse de un intento de atraco que terminó en tragedia.

Agentes del CTI de la Fiscalía llegaron minutos después para realizar los actos urgentes y el levantamiento del cadáver. El cuerpo de César Bernier fue trasladado a la sede de Medicina Legal de Santa Marta, mientras la Policía Metropolitana intensificaba las labores de búsqueda de los responsables.

La comunidad cercana, al igual que los testigos del hecho, aún no asimila lo ocurrido. La imagen de un hombre asesinado dentro de un restaurante en plena Avenida del Libertador, una de las zonas de mayor tráfico de la ciudad, sacudió nuevamente el sentimiento de seguridad de los samarios.

“Esto ya se salió de control”, expresó un comerciante vecino. “No respetan ni la hora del almuerzo, ni el lugar, ni que haya mujeres o niños presentes. Mataron a ese señor como si fuera una ejecución”.

La víctima, César Augusto Bernier, era conocido entre los funcionarios del sector público por su labor como conductor en la Contraloría Departamental.

Este es el segundo homicidio registrado en el mismo día en la ciudad, lo que alimenta aún más la percepción de inseguridad entre los ciudadanos.