
Barranquillera quedó embarazada y su exnovio la asesinó porque no quería hijos
La joven de 28 años fue asesinada en una zona rural de Wichita Falls, Texas. Su exnovio está detenido como principal sospechoso. Las autoridades investigan un feminicidio motivado por un embarazo no deseado.
En Wichita Falls fue encontrado el cuerpo de Karen Martínez Ballesteros, una joven barranquillera de 28 años con una herida de escopeta en el pecho. Estaba sola, sin pertenencias visibles, pero con una prueba suficiente para iniciar la cacería del responsable: un cartucho del mismo calibre usado en el crimen.
Karen había sido reportada como desaparecida el 16 de junio. Un amigo cercano, preocupado por su repentina ausencia, dio la voz de alerta. La búsqueda fue breve pero trágica: dos días después, su cuerpo fue encontrado sin vida en un predio rural, a varios kilómetros de la ciudad. Para entonces, los investigadores ya tenían un nombre sobre la mesa: Matison Jonathan Preville Jr., su exnovio de 20 años.
Las evidencias que inculpan al responsable
Preville negó haber tenido contacto con Karen desde el 12 de junio. Pero las cámaras de seguridad y los registros telefónicos contaron otra historia. El 14 de junio, fue captado recogiendo a la joven en su camioneta. Poco después, ambos celulares fueron rastreados hasta la misma área donde el cuerpo apareció días después.
La contradicción fue clave. El joven fue arrestado y permanece en la cárcel del condado de Wichita con una fianza de un millón de dólares. Aunque aún no ha sido condenado, las pruebas en su contra son abrumadoras y las autoridades lo señalan como el principal sospechoso de un caso que ha conmocionado tanto a la comunidad latina en Texas como a sus familiares en Colombia.
Karen había emigrado desde Barranquilla en busca de un mejor futuro. Vivía desde hacía varios años en Estados Unidos y, según una amiga cercana, mantenía una relación conflictiva con Preville.
“No era violento, pero era controlador”, aseguró la joven, quien pidió no ser identificada por temor a represalias.
Lo más grave surgió cuando Karen le mencionó la posibilidad de estar embarazada.
“No quiero niños corriendo por la casa”, habría dicho él, según el expediente judicial. La frase no fue una simple negativa: para los investigadores, pudo haber sido el detonante del crimen. La posibilidad de una paternidad no deseada se perfila como uno de los móviles principales del feminicidio.
Aunque aún no se ha confirmado oficialmente si Karen estaba embarazada, las autoridades ordenaron pruebas forenses para esclarecer este punto. Lo que sí es claro es que ella había manifestado su preocupación a personas cercanas sobre la reacción de Preville ante la idea de tener un hijo.
Familiares de Karen en Colombia han pedido justicia. Su madre, devastada, apenas pudo pronunciar palabras durante una entrevista con un medio local.
“Mi hija era una mujer alegre, llena de sueños. No merecía morir así”, dijo entre lágrimas.
Mientras tanto, la Fiscalía del condado de Wichita continúa recolectando evidencias para llevar el caso a juicio.
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