
El miedo sigue en el barrio San José: panfleto del Clan del Golfo obliga a familias a huir
Cuatro personas fueron señaladas en un panfleto como supuestos colaboradores del grupo armado y recibieron un ultimátum de 72 horas para abandonar la ciudad. Desmienten los señalamientos y piden protección urgente.
El miedo se instaló en las casas de Lida Cera, Dayana Gómez, Estefany Cabas y Wilson Bermúdez. Desde que sus nombres aparecieron en un panfleto firmado por el Clan del Golfo, sus vidas se mantienen intranquilas: pasaron de la rutina del trabajo y la familia, al encierro, el temor y la incertidumbre.
La amenaza, divulgada en las calles del barrio San José del Pando en Santa Marta, les da 72 horas para abandonar la ciudad. En el documento, los acusan de colaborar con estructuras criminales, pero ellos lo niegan rotundamente. Lo han hecho frente a una cámara, en redes sociales, y ante la prensa local. Lo han dicho con angustia: no tienen vínculos con ningún grupo armado y temen ser víctimas de una injusticia que podría costarles la vida.
“Esto es un montaje, somos gente trabajadora”
Una de las mujeres, en un video que circula en redes sociales, relata que no solo fue amenazada ella, sino también su madre, su hermana y su esposo. “No entendemos por qué. Esto es un montaje. Somos personas honestas. Pedimos ayuda, que se diga la verdad. No somos delincuentes”, dice, con la voz quebrada.
Su testimonio, como el de los demás implicados, refleja el drama que viven tras ser señalados públicamente sin pruebas, y el terror que sienten ante un plazo que corre sin pausa mientras esperan alguna acción por parte del Estado.
“Nos están acusando injustamente. Lo único que pedimos es que las autoridades nos escuchen, nos protejan y limpien nuestros nombres. Tenemos hijos, tenemos familias. No podemos vivir con este miedo”, dijo Wilson Bermúdez.
Una comunidad en alerta
El panfleto, que ha causado conmoción en San José del Pando, se suma a una preocupante escalada de amenazas que vienen afectando a este sector de Santa Marta. Aunque hasta ahora no se han registrado hechos violentos relacionados directamente con esta amenaza, la comunidad teme que se repita un patrón que ha terminado en tragedias en esa zona de la ciudad.
Vecinos del sector han preferido el silencio. Algunos evitan hablar del tema. Otros, con discreción, aseguran que los señalados siempre han sido personas tranquilas. “Aquí todo el mundo los conoce. Son trabajadores, no metidos con nada. Esto está muy raro”, dijo un residente que pidió reservar su identidad.
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