Ex pareja y su esposo lo citaron con una mentira y lo mataron a balazos


El hombre fue asesinado tras ser engañado por una mujer con la que tuvo una relación. Ella y su esposo lo emboscaron y lo ejecutaron. Cuatro años después, fueron condenados por homicidio agravado.

Jonathan Delgado Grisales recibió una llamada la mañana del 16 de julio de 2020. Le dijeron que era para una encuesta del Sisbén. Salió en su moto rumbo a la vereda Hoyo Frío, en Manizales. Horas más tarde, su cuerpo apareció colgado del puente de una quebrada. La moto quedó atrapada entre las barandas. Al principio parecía un accidente. No lo era.

Un trabajador que pasaba por el lugar dio aviso a las autoridades. La escena despertó sospechas: el cadáver no mostraba signos de caída, y la posición del cuerpo no coincidía con un accidente. Al revisar más a fondo, los peritos encontraron una herida de bala. Luego, Medicina Legal fue más allá: Jonathan tenía seis disparos. Lo habían ejecutado.

La trampa que lo llevó a la muerte

Jonathan tenía 28 años. Era un joven trabajador que había regresado con su familia tras vivir un tiempo fuera del departamento. Tiempo atrás había sostenido una relación sentimental con Diana Cristina Gil, una mujer casada con Néstor Bustamante.

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La relación fue clandestina. Según su familia, Jonathan se alejó al descubrir que ella seguía con su esposo. Pero Diana insistía en retomar el contacto. Ese 16 de julio, lo llamó con una excusa falsa: supuestamente, debía colaborar con un censo. Lo sacaron de su trabajo y lo llevaron al sitio donde lo estaban esperando para matarlo.

El crimen fue planeado

La investigación fue complicada. No había cámaras ni testigos. Pero los registros telefónicos hablaron por sí solos. Las llamadas previas a la muerte de Jonathan conectaban directamente a Diana y su esposo. La Fiscalía armó el rompecabezas: la pareja lo citó, lo llevó a una zona apartada y lo asesinó.

En noviembre de 2020 fueron capturados. Trataron de alegar legítima defensa, pero el juez descartó esa versión. Los impactos de bala en la espalda demostraban que Jonathan ni siquiera pudo reaccionar. Fue un crimen planeado y a sangre fría.

19 años de cárcel: una condena que no repara el daño

El 4 de julio de 2024, cuatro años después del crimen, llegó la sentencia: 19 años de prisión por homicidio agravado. Diana fue enviada a la cárcel de Picaleña, en Ibagué. Néstor quedó recluido en La Dorada, Caldas.

Para la familia, la condena llegó tarde y no es suficiente. “Lo usaron. Lo llamaron, lo sacaron de donde estaba y lo mataron. No merecía morir así. No merecía esa traición”, dijo su hermana.

Jonathan fue asesinado por confiar en una mujer que lo entregó a su verdugo. Su historia sigue doliendo en los caminos de tierra de la vereda donde creció. Fue víctima de un engaño, de una relación marcada por la mentira, y de un sistema que tardó años en hacer justicia.


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