
El turno que terminó en tragedia: dos trabajadores inocentes murieron en atentado con carro bomba
El ataque en el peaje Alto Pino, entre Riohacha y Maicao, cobró la vida de dos empleados que simplemente cumplían con su jornada laboral. La acción fue atribuida al ELN. El país sigue contando muertos en una guerra que no avisa.
Mientras la mayoría dormía, Kerry Alberto Mercado Araujo y Liseth Orozco realizaban su turno nocturno en el peaje Alto Pino, en La Guajira. Como siempre sin quejas y la mejor actitud, cumplían la labor con la que se ganaban el sustento diario. Él, operador de tránsito. Ella, encargada del cobro. No tenían enemigos. No estaban en combate. No formaban parte de ninguna fuerza armada. Pero estaban en el lugar equivocado a la hora más cruel.
Un grupo armado irrumpió sin previo aviso. Bajaron de un vehículo, dispararon directamente contra las casetas y, sin dar oportunidad de escapar, dejaron entre los escombros un carro bomba. Minutos después, la explosión sacudió el desierto guajiro. Los cuerpos de Kerry y Liseth quedaron sin vida. No hubo margen para un grito, para una llamada, para un auxilio. La violencia les arrebató todo en segundos.

Un crimen sin rostro, con bandera
El ataque fue atribuido al Ejército de Liberación Nacional (ELN). En el lugar del atentado, las autoridades hallaron banderas de este grupo armado. No es la primera vez que usan la vía pública para enviar un mensaje cargado de pólvora y muerte. Pero esta vez las víctimas no eran militares, ni policías. Eran civiles. Gente de trabajo. Gente buena.
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Kerry vivía en Maicao. Liseth, también en la región. Amigos los describen como personas nobles, serviciales, trabajadores comprometidos. “No merecían esto. Nadie lo merece, pero ellos menos”, dijo un compañero de la concesión Santa Marta – Paraguachón, empresa para la que trabajaban.
Explosión y miedo
El estruendo se escuchó a kilómetros. Dos cabinas del peaje quedaron destruidas, las oficinas se vinieron abajo y los restos del vehículo bomba quedaron dispersos por toda la carretera. La escena era de guerra, aunque las víctimas eran dos empleados civiles que solo intentaban ganarse el sustento diario.
“El vehículo fue ubicado entre las casetas y las oficinas. Las víctimas fallecieron en el acto. Es un acto vil que condenamos con toda la fuerza”, declaró el alcalde de Maicao, Miguel Aragón. También pidió al Gobierno Nacional una respuesta inmediata. La zona fue asegurada por el Ejército y permanece cerrada mientras se realizan investigaciones.

Indignación nacional
Las reacciones no se hicieron esperar. Desde diferentes sectores se alzaron voces de rechazo ante un nuevo hecho de barbarie. Para las autoridades, no hay duda de que fue un acto terrorista. La hipótesis del ELN se refuerza con otros atentados ocurridos casi en simultáneo en el país, como el asesinato de dos patrulleros en Río de Oro, Cesar.
Kerry y Liseth no vestían camuflado. No tenían armas. No iban tras nadie. Solo cumplían su turno, ese que no lograron terminar. Sus cuerpos fueron levantados con las primeras luces del día, mientras la carretera aún olía a pólvora y el miedo seguía impregnado en el aire.
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