Luis Emiro Cuesta Abadía, alias El Chocoano, fue condenado a 60 años de prisión por asesinar con sevicia a su pareja y sus dos hijastros.

Luis Emiro Cuesta Abadía, conocido como El Chocoano, pasará el resto de su vida en una cárcel colombiana. Un juez lo condenó a 1.050 meses de prisión, es decir, 60 años, por uno de los crímenes más atroces que ha presenciado Santa Marta: el asesinato de su compañera sentimental, Emperatriz Itachi, y los dos hijos de ella, de 11 y 16 años.

El acusado no solo confesó el crimen, sino que lo relató con una frialdad que heló la sala de audiencias. Su testimonio dejó en evidencia la brutalidad con la que ejecutó la masacre dentro de una vivienda del barrio donde convivía con las víctimas.

Según narró, todo comenzó cuando Emperatriz decidió ponerle fin a la relación. En ese momento, El Chocoano tomó un cuchillo y desató el horror.

Emperatriz fue la primera en ser atacada. Mientras era apuñalada sin piedad, sus hijos intentaron intervenir, pero no lograron nada. Cuesta Abadía los obligó a presenciar el asesinato de su madre antes de quitarles la vida también.

Todos vieron como moría su ser querido
La escena, confirmaron los peritos forenses, fue una carnicería prolongada. Nadie murió de inmediato. El niño de 11 años fue el segundo en caer, con 28 heridas mortales. Su hermana, paralizada por el terror, fue la última víctima. Murió viendo los cuerpos de su madre y su hermano, sin escapatoria y en total desesperanza.

El fallo judicial dejó claro que el castigo debía ser ejemplar. El Chocoano no tendrá posibilidad de redención: por la sevicia del crimen, la condena equivale a pasar sus días tras las rejas hasta su muerte.