
La promesa que por fin se cumplió: la Vía de la Ganadería comienza a cambiar la vida en el centro del Magdalena
Tras décadas de abandono, promesas incumplidas y pérdidas millonarias, las comunidades rurales entre Apure y Chibolo celebran la entrega del primer tramo pavimentado de la Vía de la Ganadería. La obra, gestionada por Carlos Caicedo y entregada por Rafael Martínez, transforma una región históricamente aislada.
Durante años, cada invierno traía más que lluvia: traía frustración. En Chibolo, Plato, Tenerife y Zapayán, las precipitaciones significaban que todo quedaba paralizado. Las bestias se hundían, los camiones patinaban, los niños no llegaban a clase y los productos del campo no salían.
Una carretera destapada e intransitable detenía la vida. Las imágenes de la tragedia recorrían las redes, pero también quedaban en la memoria: hombres y mujeres arrastrando animales, niños descalzos entre el barro, productos podridos en la orilla del camino.

“La vía era un castigo. Se dañaban las motos, se perdían los terneros. Uno llegaba empapado a donde fuera… si llegaba”, recuerda Alirio Romero, un campesino de Apure que no podía creer que vería maquinaria pavimentando esa ruta.
“Yo pensé que no la iban a terminar nunca”, confiesa.
Este fin de semana, sin embargo, el drama empezó a transformarse. Con aplausos, abrazos y lágrimas de gratitud, las comunidades recibieron oficialmente los primeros 10 kilómetros pavimentados de la llamada Vía de la Ganadería.
Caicedo y Martínez entregaron la obra
El gobernador Rafael Martínez hizo la entrega acompañado por el exgobernador Carlos Caicedo, quien desde su administración diseñó, gestionó y dejó en ejecución esta obra.
“Lo que parecía un sueño lejano ya lo estamos pisando”, expresó Carmen González, lideresa rural, mientras recorría el nuevo asfalto. “Mis nietos ya no tendrán que caminar dos horas en barro para ir a estudiar. Esto cambia todo”.

La carretera, de 22 kilómetros en total, conecta el corregimiento de Apure, en el municipio de Plato, con la cabecera municipal de Chibolo. Ya alcanza un 60% de avance físico y su impacto empieza a sentirse: lo que antes se recorría en 90 minutos, hoy toma solo 22. La reducción en tiempo, costos y desgaste ya representa un alivio para más de 30.000 personas de la zona.
Grandes beneficios de la vía
Según el comunicado oficial de la Gobernación del Magdalena, esta vía impulsa directamente el desarrollo agropecuario de una región que concentra el 38% del censo bovino y bufalino del departamento. Su diseño contempla dos carriles de 7,3 metros de ancho y una inversión que supera los 100 mil millones de pesos. Una apuesta clara por sacar al Magdalena rural del rezago.
“Lo prometimos y lo estamos cumpliendo. Esta no es una promesa más, es una transformación en marcha”, dijo Rafael Martínez, actual gobernador. A su lado, Carlos Caicedo añadió: “El desarrollo llega cuando se gobierna con visión, planificación y compromiso. Este es el camino que Colombia necesita”.

La carretera hace parte de un plan más amplio que dejó Caicedo durante su mandato: 206 kilómetros de vías secundarias diseñadas, que incluyen tramos clave como Chibolo–Pivijay. El objetivo es claro: integrar al campo, hacerlo competitivo, digno y visible.
En recompensa, los líderes fueron recibidos con pancartas, abrazos y hasta con lágrimas. “Uno no olvida lo que se sufre, pero tampoco olvida a quien lo saca del sufrimiento”, dijo don Ernesto Mercado, un productor de queso que por primera vez en 40 años pudo transportar su mercancía sin perder la mitad en el camino.
La Vía de la Ganadería no es solo una obra de infraestructura. Es una deuda histórica que empieza a saldarse. Un símbolo de que el cambio, cuando se gobierna con voluntad, puede llegar también a donde nunca había llegado.
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