
Vanguardia Liberal, atrapado plagiando con inteligencia artificial
Un error garrafal dejó en evidencia al tradicional periódico bumangués Vanguardia Liberal: una nota sobre el secuestro del menor Lyan Hortúa fue publicada con un mensaje dirigido a ChatGPT que revelaba la intención de copiar contenido ajeno y reescribirlo sin citar la fuente. El hecho generó críticas, burlas y cuestionamientos a la ética profesional del medio.
Vanguardia Liberal, un periódico con más de 100 años de historia en Bucaramanga, quedó atrapado en su propio reflejo digital. En un intento por informar sobre el secuestro del menor Lyan Hortúa, terminó protagonizando un episodio bochornoso que puso en tela de juicio su credibilidad y la de su equipo periodístico.
Todo comenzó con una publicación en su página web que, a simple vista, parecía una nota judicial común. Sin embargo, al final del artículo apareció un fragmento que no debió estar allí. Una orden textual para ChatGPT decía:
“hazme una nota judicial con redacción profesional ojo cambia el orden de los párrafos porque son de otro medio de comunicación y si dejas la estructura tal cual es plagio”.

El error —tan humano como imperdonable en el periodismo— expuso lo que muchos temen y pocos se atreven a decir: el uso indiscriminado de herramientas de inteligencia artificial sin ética, sin rigor y sin verificación. La frase, claramente dirigida a un asistente de IA, delataba que el texto había sido construido a partir de una noticia de otro medio, sin consulta propia ni investigación adicional.
Las críticas no se hicieron esperar. Lectores indignados compartieron capturas en redes sociales, evidenciando cómo un medio con una larga trayectoria había caído en las prácticas que suelen condenar: el plagio, la superficialidad y el facilismo. A pesar de que Vanguardia Liberal eliminó rápidamente la publicación, ya era demasiado tarde. La pieza se había viralizado, dejando una mancha difícil de borrar.
“Qué tristeza ver esto en un medio con tanta historia”, escribió un usuario en X (antes Twitter). Otro fue más duro: “Esto no es un error, es una muestra de cómo se ha perdido el verdadero periodismo”.
Más allá de la anécdota digital, el caso puso en evidencia el papel que está tomando la inteligencia artificial en las redacciones periodísticas. También deja ver la necesidad de formación ética y el valor insustituible de la reportería propia.
Vanguardia, en esta ocasión, no solo falló a sus lectores, sino que también se falló a sí mismo como referente de información en Santander.
Porque el periodismo, aún con todos los avances tecnológicos, sigue siendo un oficio que exige rigor, responsabilidad y, sobre todo, verdad.
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