El miedo no se va: la erosión del río Magdalena amenaza de nuevo a Salamina


Habitantes denuncian que la reactivación del servicio de ferry en una zona de riesgo ha acelerado el desprendimiento de tierra en la ribera del municipio. La comunidad exige acciones inmediatas ante el peligro de una tragedia mayor.

La erosión del río Magdalena es un enemigo conocido para los habitantes de Salamina, Magdalena. Aunque durante los últimos años se han adelantado obras para controlar su avance, nunca ha dejado de ser una amenaza latente. Esta semana, el temor regresó con fuerza tras registrarse nuevos desprendimientos de tierra en un punto considerado crítico.

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El hecho que encendió las alarmas fue captado en video por un habitante del sector, donde se aprecia cómo las corrientes se llevaron más de 30 metros del barranco. A tan solo unos metros, operaba un ferry que conecta ambas orillas del río, justo en el área donde, según las advertencias de Cormagdalena, el tránsito fluvial estaba restringido por la inestabilidad del terreno.

La comunidad no entiende por qué, pese a las restricciones previas, se reubicó el servicio de ferry en esa zona, aún más cuando las lluvias han intensificado la fuerza del caudal. Las vibraciones de la embarcación y el constante oleaje están acelerando la socavación, aseguran los vecinos.

Si el barranco sigue cediendo, se va a formar una tronera por donde se meterá el río y va a inundar toda la parte baja del municipio. Las pérdidas serían inmensas”, expresó un habitante del área afectada. Calculan que más de mil hectáreas de tierra, muchas de ellas sembradas con productos como yuca, maíz, ajonjolí, patilla y melón, quedarían bajo el agua. También hay terrenos dedicados a la ganadería que corren el mismo riesgo.

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Lo paradójico y más alarmante, según los residentes, es que la embarcación sigue operando con normalidad, pese a las advertencias técnicas. El ferry navega diariamente a escasos metros del antiguo puerto de Las Carmelitas, intensificando el daño con cada cruce.

Ante esta situación, la comunidad hace un llamado urgente a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) y a las autoridades ambientales para que intervengan de inmediato. Exigen una evaluación técnica del terreno, la reubicación del ferry y acciones de contención que eviten una emergencia de grandes proporciones.

Salamina, una vez más, vive con el miedo de despertar un día y encontrar parte de su territorio bajo las aguas del Magdalena.


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