
Rafael Martínez rompe el silencio tras inminente salida del Palacio Tayrona: “les vamos a pegar otra palera”
En su primer acto público luego del fallo del Consejo de Estado que anuló su elección, el gobernador del Magdalena, se mostró sereno y desafiante. Durante el lanzamiento del Observatorio de Convivencia y Seguridad, habló de justicia selectiva, del poder popular y de su fe en una nueva victoria frente a los partidos tradicionales.
En el sitio donde se presentó oficialmente la Plataforma Digital del Observatorio Departamental de Convivencia y Seguridad Ciudadana, las miradas no estaban puestas solo en el anuncio. Los ojos y oídos del público buscaban respuestas, señales, gestos. Rafael Martínez, el gobernador del Magdalena que dejará de serlo en cualquier momento por decisión del Consejo de Estado, tomó el micrófono con la misma calma con la que alguna vez asumió las riendas del Palacio Tayrona.
Era su primer acto público tras el polémico fallo judicial que anuló su elección. No había cámaras ocultas ni comunicados escuetos. Esta vez, fue él quien tomó el micrófono, frente a todos. Y habló.
“En este país toca ir contra la corriente. A los que tratamos de hacer las cosas bien no nos perdonan nada. A otros gobernadores, de los 18 demandados, 15 tienen videos mucho más comprometedores y no les ha pasado nada”, dijo Martínez.
Pausa. Respiró hondo. Luego soltó lo que parecía un mensaje a sus seguidores y también a sus contradictores:
“Pero a mí me dijeron: usted se queda. Me quedo yo, pero el pueblo sigue gobernando. Estoy seguro que en las elecciones que vienen se van a llevar otra palera los tradicionales que hoy celebran”.
Sus palabras fueron aplaudidas. El evento, que tenía como propósito presentar una herramienta tecnológica para el análisis y monitoreo de la seguridad en el departamento, se convirtió en la escena donde Rafael Martínez hizo catarsis, pero también lanzó una promesa de continuidad política.
Durante su intervención, también destacó la importancia del nuevo Observatorio de Convivencia y Seguridad: una plataforma que, según explicó, busca recolectar, cruzar y analizar información sensible sobre delitos, violencias y dinámicas criminales que afectan al Magdalena. Una herramienta, aseguró, para tomar decisiones públicas más efectivas, con enfoque territorial y humano.
Aunque pronto no ostentará el cargo de gobernador, su discurso dejó claro que no piensa alejarse del escenario político. Su tono fue más de resistencia que de despedida.
El acto cerró entre aplausos. Afuera, los murmullos iban desde la indignación hasta la admiración. Rafael Martínez, fiel a su estilo, volvió a hablarle al pueblo, aún cuando, legalmente, ya no está en el poder.
Pero en política —y en el Caribe colombiano— el poder no siempre se define con sentencias.
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