Cuatro delincuentes ingresaron y se llevaron alrededor de 25 millones de pesos de las cajas. Cuando la policía llegó ya los delincuentes iban lejos.

Durante veinte largos minutos, el tiempo pareció detenerse en la sede principal del Banco de Bogotá, ubicada en la emblemática plaza San Francisco, en pleno centro histórico de Santa Marta.

La mañana se transformó en una escena de pánico cuando cuatro hombres armados irrumpieron en la entidad financiera y desataron el terror entre empleados y clientes.

Los relojes marcaban cerca de las 9 de la mañana cuando los delincuentes ingresaron. Dos de ellos se encargaron de vigilar desde afuera, vigilando cada movimiento, mientras los otros dos, con armas de fuego en mano, tomaban el control del interior. No tardaron en emitir su amenaza: “¡El que se mueva, se muere!”.

Los empleados, atónitos, obedecieron sin titubear. Sin embargo, uno de ellos, en un intento por resistirse, fue golpeado brutalmente en el rostro.

La violencia de los asaltantes era una advertencia clara: no estaban dispuestos a irse con las manos vacías ni a tolerar la desobediencia.

Mientras tanto, los ladrones recorrían las cajas exigiendo el dinero en efectivo. En cuestión de minutos, llenaron maletines con billetes que, según información extraoficial, sumarían cerca de 25 millones de pesos. El temor crecía a cada segundo, y aunque las alarmas fueron activadas, la ayuda nunca llegó a tiempo.

Lo que más indignación causó entre las víctimas fue la tardía respuesta de las autoridades. A pesar de que el sistema de seguridad alertó del atraco, la policía llegó cuando ya los delincuentes habían desaparecido entre las calles del centro, montados en motocicletas y con el botín en su poder.

Quienes vivieron esos angustiantes minutos aún no logran reponerse. “Fueron los 20 minutos más largos de mi vida”, relató uno de los trabajadores.

Hasta el momento, las autoridades no han confirmado capturas, y se desconocen las identidades de los responsables.